Entre secretos y navajas (Jonhson,2019)
La previa
Rian Jonhson recientemente entronizado como mandamás creativo de las futuras entregas del universo Star Wars, se hace un ratito para amontonar estrellas y despacharse con una película de un género algo olvidado por Hollywood pero siempre vigente en Inglaterra, el who do it? (¿quien lo hizo?).
Siempre son tentadores los filmes al estilo Agatha Christie, un crimen, un asesino suelto entre los protagonistas que de alguna u otra forma dejará pistas, es ahí donde nos calzamos el impermeable y la libreta o grabador, para tomar todos los indicios que nos lleven a resolver el caso, o al menos acercarnos lo más posible.
La historia
La misteriosa muerte de Mr. Thrombey luego de una reunión de toda su familia es el inicio de una investigación y una gran disputa por la herencia.
Mr. Thrombey (interpretado por Christopher Plummer) ha muerto, y como todo pater familia deja tras su partida un testamento, esto es así en la ley estadounidense y viene como anillo al dedo para historias de misterio. En otros países como Argentina por ejemplo, hay ley de sucesión y no puede un testamento anular la herencia que corresponde a los descendientes.
El investigador de turno, el teniente Elliot encarnado por Lakeit Stanfield, va ir entrevistando a cada miembro de la familia para indagar acerca de los hechos acontecidos en la noche del cumpleaños del anfitrión que resultó ser su última velada. Desde las sombras y tocando algunas teclas del piano vemos al típico detective con su acento extraño, sus clichés y con mucha parsimonia para realizar alguna pregunta más, realizando este rol nada menos que nuestro querido James Bond, el duro e inoxidable Daniel Craig como Benoit Blanc.
Craig interpretando al excéntrico investigador, referencia directa a Hércules Poirot el legendario personaje de Agatha Christie, da curso a la parte más pura del género, repleta de guiños y referencias. Algo patético en su impostura logra resolver el caso aplicando su propio método de observar los hechos como la trayectoria de un cuerpo que cae, teoría que explica en uno de los pasajes más memorables de la película.
El elenco continúa con grandes figuras y resulta divertido apreciarlos en un ambiente cuasi claustrofóbico, Toni Collette como la viuda Joni Thrombey junto a su hija Meg (Katherine Langford) arman una dupla que sabe conseguir piedad de los parientes, salvo del viejo que parece tenerlas muy caladas. Jamie Lee Curtis es Linda, la hermana mayor, que está casada con Richard Drysdale, interpretado nada menos que por Don Johnson galán ya maduro pero impecable, son esos actores que uno identifica tanto con una serie (Miami Vice) que es difícil salirse, resulta que son una pareja intachable, el tema es que su hijo Ramson (Chris Evans, sí, el capitán américa) es un poco, la oveja negra de la familia. En esta línea ,está bueno que actores que están ligados a su rol de megasagas puedan salirse un poco del molde.
Para cerrar el círculo familiar Michael Shannon un actor que que tiene cara de villano y es difícil verlo en roles de lo cotidiano o mundano, compone un papel excelente como el heredero de la imprenta que es la marca del clan Thromley.
El único personaje que no pertenece a la familia es Marta Cabrera (Ana de Armas), la enfermera latina que trabaja cuidando al Sr. Thrombey. La actriz cubana viene pisando fuerte en Hollywood y este año dará su salto definitivo al estrellato como chica Bond, acompañando a Daniel Craig en su última vez como el icónico espía. A través del personaje de Marta se pone toda la xenofobia y prejuicios al asador, al punto de jugar con el hecho de considerar a Latinoamérica un todo idéntico, evocando su nacionalidad a cinco países distintos. Luego la cuestión de ser alguien que no pertenece al clan y que tiene todos los números del sentido común más racista para activar todo tipo sospecha sobre sí.
Ana de Armas logra estar muy bien a la altura del personaje soportando gran parte de la acción dramática solo con la expresividad de su rostro. Los enigmas funcionan, todos sospechan de todos aunque es más fácil siempre acusar a uno, una, en esta ocasión, las miserias afloran y todo parece llegar a un puerto para dar luego una vuelta de rosca muy bien lograda.
Mención especial para tres apartados técnicos de la película que se integran armoniosamente a la trama lo que los hace pasar medio inadvertidos pero que son muy destacables. La ambientación, la casa Thrombey es un abarrotado delirio, la fotografía, siempre climática y ajustada y por sobre todas las cosa el montaje, veloz, ingenioso y maravillosamente construido. Si bien para mucho puede ser una película menor en estos rubros no debería faltar en ninguna terna de premios.
La veo o no la veo
Señoras y señores, tomen sus libretas o grabadores visualicen bien la escena del crimen y luego nos cuentan, nos gana el corazón un aire al querido detective Columbo que impregna la película, si te van las pelis de investigación y pistas no te la pierdas.