lunes, 8 de julio de 2019

Química entre los dos

Hombres de Negro Internacional (Gray, 2019)


La previa
Si bien ninguna entrega de la saga logró superar a la primera y originalísima MIB, lanzada allá por el año 1997, esta entrega al menos tomó un riesgo sustituyendo a la dupla protagonista y en ese cambio encontró la posibilidad de innovar, alejándose de lo que se había agotado en la búsqueda de mayor complejidad de los personajes.

La historia
Molly logra ingresar a la agencia MIB y le asignan una misión en Londres, donde conocerá al prestigioso agente H. Juntos deberán salvar el mundo de un extraterrestre llamado La colmena mientras circulan rumores de un infiltrado en la agencia.

El relato
La pareja protagonista es lo mejor de la película. Tessa Thompson y Chris Hemsworth ya habían funcionado muy bien en Thor Ragnarok, y no sólo van muy bien juntos sino también por separado. 

Ella se convierte en la ‘agente M’ por motus propio, a partir de que un extraterrestre se metió en su casa de niña sin que los agentes la notaran para hacerla olvidar todo mediante el neuralizador, su vida se convirtió en la búsqueda de ese misterio, en su habilidad y su inteligencia está la posibilidad de pasar de vivir una vida mediocre a conocer los misterios del universo y salvar al mundo. El desafío llevó estudio, dinero y mucha paciencia en la búsqueda, son muy graciosas las escenas de las entrevistas laborales donde su guiño no es captado por el empleador por tratarse de la agencia equivocada.
A los diez minutos del relato, ella logra dar con el lugar correcto y ahí termina su dificultad, ya que una vez adentro no hay conflicto ante nada, sólo cierto asombro ante la tecnología y la agencia.
Chris Hemsworth es un héroe, el agente más respetado después de la gran hazaña contra la Colmena junto a High T (Liam Neeson) el jefe de la agencia. Sin embargo tiene todas las características de un antihéroe: se queda dormido en las reuniones, es un jugador, es odiado por sus compañeros, anhelado por las compañeras, es canchero, “poco serio”. Se mezcla con extraterrestres con quienes llega a tener incluso vínculos personales.
Los extraterrestres están en fiestas subterráneas, detrás de puertas misteriosas, algunos se camuflan en objetos cotidianos pero el disfraz no llega a ser un elemento dramático y los agentes comparten sus espacios como uno más. Se diluye la contradicción entre la apariencia y la personalidad de los alienígenas, algo que funcionaba muy bien en la saga para mostrar lo delirante y críptico del universo extraterrestre.


Cuando la agente M se encuentra con el Agente H comienza el juego, algo no le cierra de su compañero, ella busca descifrar el misterio y resolver su misión. Pero el tono policial, detectivesco, no es logrado, se banaliza el conflicto ante tanto chiste y la posibilidad de un encuentro entre ellos. No se juega por uno ni otro camino y ahí pierde fuerza. Tiene además inconsistencias en ciertas situaciones, como en la persecución en moto voladora ante la mirada de todo Turquía y sin importar demasiado el neuralizador, hace que se pierda la importancia de lo ultrasecreto de la agencia y por lo tanto una de las patas fundamentales del mundo de MIB, quiere ser gracioso pero cae en lo trivial.

La veo o no la veo
Es entretenida aunque cae fácilmente en la banalización. La pareja es muy carismática y tiene algunos momentos que valen la pena. Si te gustó la saga se puede ver sin prejuicios.




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