Cinco por uno
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El recorrido de este humilde blog comenzó con una primera reseña de una película del director Javier Diment, en junio del 2012 cuando
escribimos sobre la docu-ficción Parapolicial
negro. Apuntes para una prehistoria de la triple A. Diment es un director
contemporáneo referente para nosotros, su participación en otros films claves
de la cinematografía contemporánea (Aballay,
el hombre sin miedo (Spiner, 2010);
Diablo (Loreti, 2011)) nos abren un panorama que por suerte para nuestro
gusto deja atrás al nuevo cine argentino y da paso a un cine argentino de
género y calidad.
Este film curiosamente se estrenó en el BAFICI del año pasado. Extraña la
elección de una película de género y encima de terror para este festival que
suele proyectar otro tipo de películas que rondan el aburrimiento total. En
abril del 2012 entonces la vimos por primera vez en el cine 25 de mayo, una
sala recuperada en el barrio de Villa Urquiza, con director y parte del elenco
en vivo. Fue entonces el primer
visionado y quedaba esperar el estreno comercial. Para nuestra grata sorpresa La memoria del muerto fue parte de la
programación del 45 Festival Internacional de Cine de Fantástico de Catalunya y
cual fans estuvimos en las proyecciones de la sección Brigadoon donde fue
recibida con beneplácito por la crítica y el público.
Nuevamente en Buenos Aires llega al fin el estreno comercial más que digno
con 14 copias y una labor de promoción a pulmón con muy buenos resultados. Fuimos
a verla otra vez, en esta oportunidad en el Showcase de Belgrano. Una copia en
fílmico de alta calidad donde pudimos apreciar la película mucho mejor que las
otras veces. En la sala éramos unas veinte personas aproximadamente en un
domingo de resurrección muy apropiado
para la temática del film. Las dos entradas que sacamos traían la promoción de
2x1 para jugar al bowling en las pistas del showcase, especie de shopping con
cine y supermercado, un vestigio de los noventa quedado en el tiempo. Las letras
de neón no están completas, se lee show ase y el logo del supermercado atrasa
unos cuantos años.
La historia
Alicia, la viuda de Jorge, organiza un reencuentro con los amigos más
cercanos y queridos por su marido con el fin de recordarlo y compartir anécdotas
e instrucciones que dejó el muerto para cada uno de los citados. Detrás de esta
reunión, hay un plan secreto del que de a poco nos vamos enterando e involucra
misticismo y poderes del más allá.
El relato
La Memoria del Muerto es una película de terror clásico que aborda el
esquema de casa cerrada y personajes que van cayendo de uno en uno. Filmada con
mucha pericia e imaginación la película aborda una vena mística y tributa desde
el conocimiento y el fanatismo múltiples tópicos y estéticas del género.
Tenemos referencias a Psicosis (Hitchcocks, 1960), El resplandor (Kubrick,
1980)), Al final de la escalera (Medak, 1980) y al Raimi más juguetón de
sus películas ochenteras. Gratamente la película me recordó a House
(Steve Miner, 1986) gran cinta de terror bastante olvidada que marcó
profundamente a los que la vimos de pequeños en alguna trasnoche televisiva.
Las locaciones están muy bien logradas, el encierro de la casa provoca
agobio y funciona, así como también los espectros que empiezan a poblar la escena
de acuerdo a las pesadillas de cada uno.
Las actuaciones son muy buenas, Alicia
encarnada por Lola Berthet como viuda lleva adelante la organización del
encuentro con los seres queridos de Jorge (Gabriel Goity), mediante instrucciones
que el muerto ha dejado y es secundada por el apoyo incondicional de Hugo (Luis
Ziembrowski). Los demás participantes Mauro (Rafael Ferro), Fabiana, (Jimena Anganuzzi), Mónica (Lorena
Vega) y Nicanor (Matías Marmorato)
llevan adelante una pelea crucial por sobrevivir a los fantasmas del pasado que
se harán presentes poniéndolos a prueba.
La fotografía tiene gran desarrollo plástico y evoca desde los cuadros de
Munch hasta los clásicos del terror, hamaca moviéndose sola, puerta que se cierra sola, todas las escenas cuidadas al
detalle. Los dibujos en tinta y carbonilla de Nicanor que retratan a Jorge y
luego repetidamente a Alicia, son muy logrados sobre todo en el detalle de la
mirada, estos retratos habitan el espacio en forma permanente son un tanto
aterradores y parecen vigilar con su mirada.
Los efectos especiales ya sean digitales o de maquillaje son de un alto
nivel muy difícil de ver en el cine nacional, agradeciéndose el riesgo y
disfrutándose el resultado. La niña sin rostro merece integrar el panteón de
los grandes monstruos cinematográficos ahí cerquita de los cenobitas de Clive
Baker o el Hombre Pálido de Guillermo del Toro.
Dentro de esta denominación que hemos dado en llamar “cine argentino de género
y calidad” que viene creciendo en los últimos años encontramos rasgos de lo más
alentadores. Profesionalismo, preocupación por el espectador, apuestas
riesgosas y desacostumbradas para el panorama nacional y por sobre todas las
cosas vocación de contar buenas historias aprovechando todas las
potencialidades del clasicismo. La
Memoria del Muerto hace suyas estas características y nos deleita con una
gran vuelta de tuerca final, esa rara especie en extinción que de la mano de
nuevos realizadores está volviendo a avistarse en el cine nacional.
Los números preliminares le están dando un gran rendimiento de taquilla a La Memoria del Muerto en el fin de
semana largo. Hay que alentar al público a que siga apoyando la película para
tener cada vez más y mejor cine de género. Hagan tronar sus 2X1 y que no se les
escape la película, después no digan que no avisamos.
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