lunes, 18 de febrero de 2013

Reseña La noche más oscura (Kathryn Bigelow, 2012)



El triunfo de la voluntad

La previa

Me resistía a ver esta película, pero los comentarios, las críticas y la aberración misma que representa hizo que fuera a verla. Me dirigí entonces al Village Caballito y obtuve la promo 2x1 de Banco Santander, una sola entrada cuesta 48 pesos y dos 44 por lo cual saqué dos y aunque quise regalar la que me sobraba,  nadie aceptó. Subí las interminables escaleras mecánicas y ya estaban proyectando los trailers, dado que  llegué sobre la hora,  Un buen día para morir (Moore, 2013) con Bruce en  y para toda la familia. El vuelo (Zemekics,2012) un melodrama de aterrizaje forzoso, los negocios de las aseguradoras de trabajo y los artilugios legales a los que es necesario recurrir, con un Denzel Washington un tanto colocado. Y finalmente un tráiler de cine argentino Mala, (Caetano 2013) la nueva de Adrian Caetano con tiroteo y asesinatos, planteando una nueva búsqueda del autor. Se apagan las luces y empieza la función.

La historia

La película cuenta acerca de la supuesta caza de Osama Bin Laden a cargo de una investigadora de la CIA que organizará el plan de captura y ejecución del mismo, sin dejarse perturbar por nada, hasta cumplir el objetivo.


El relato

En la apertura el film trabaja con la pantalla en negro y poco a poca a través del audio y los subtítulos sabemos que se trata del atentado a las torres gemelas del 11 de septiembre de 2001. Y es así que a partir de la muerte de 3000 inocentes se justifican las acciones que emprenderá la CIA para atrapar a Osama Bin Laden.

La investigación será llevada adelante por una dura agente,  Maya, encarnada por Jessica Chastain, que se presenta como inmutable frente a todo, no desarrolla un arco de transformación sino más bien una tozudez que de principio a fin será el móvil por el que ella llega a su meta. Su compañero Dan (Jason Clarke)  desarrolla un recorrido mínimo y ambiguo. Parece estar abrumado por Maya y cuando parece que se va a desarrollar una competencia entre ellos, él vuelve a las oficinas de la CIA en New York. El tercer personaje en juego es el prisionero Ammar, encarnado por Reda Katev. Los demás personajes son periféricos, van y vienen en relación a Maya que tras la ida de Dan pasa al frente de la operación.

Las sórdidas locaciones retratando las prisiones que establecen los yanquis en los países que invaden, dan escalofríos, logran que se tenga presente Irak, Guantánamo y sus centros operaciones siniestros lamentablemente existentes en muchos lugares del mundo. El otro aspecto de las locaciones es el exotismo bien recalcado de parte de la mirada extranjera sobre un país árabe, xenofobia y racismo es poco decir.

Ahora en cuanto a la temática, lo absolutamente llamativo de esta película es que dé tanta importancia a los informes de los soldados presos en Irak, Irán y Pakistán,  sobre los que se estructura la búsqueda de Osama Bin Laden, y se pase por alto como algo totalmente normal el ingreso de tropas a un país soberano (incluso pasando por otros países soberanos sin permiso alguno)  se ejecute a una persona y se la tire al mar. Es tan osada que se ha comparado a Bigelow con Leni Rienfestahl[1], con la diferencia de que Rienfestahl realizó El triunfo de la voluntad en 1935 al inicio de lo que sería, el régimen nazi y en cambio Bigelow en pleno apogeo del imperio,  se manda este panfleto para votar a Obama y justificar la invasión a países soberanos con el fin de obtener por último, lo que necesiten.

La manera en que  Maya  se presenta ante sus jefes de la CIA con el plan a seguir “yo soy la hija de perra que encontró esta pista” es muy desagradable. Tanto como se trata a sí misma la protagonista, lo machista y lo imperturbable que se muestra, es una máquina de matar que hará todo lo necesario para vengar a las víctimas inocentes del 11-S y no se cuestiona nada más.

La película anterior del Bigelow, Vivir al límite ganadora del Oscar en el 2008 es una  película mucho más interesante desde lo formal e incluso lo ideológico, mostrando una sociedad que ha convertido a muchos de sus ciudadanos en “adictos a la guerra”. Además en su momento que ganara por primera vez una mujer el Oscar a mejor directora y mejor película fue una marca interesante en el mundo del espectáculo, que Bigelow se está encargando de ensombrecer.

Previamente a La noche más oscura hubo un   proyecto  frustrado o pospuesto, no se sabe bien,  que consistía en filmar una historia en la triple frontera entre Brasil Argentina y Paraguay.  La película no obtuvo el permiso para ser filmada en el escenario propiamente dicho, pero en apariencia la buena de Kathryn la filmará en cualquier otro lado. Sudamérica es maso menos toda igual, con un par de palmeras y unos morochos te la filman en Filipinas de ser necesario.

Lo cierto es que esta película es un despliegue asqueroso del dispositivo ideológico yanqui y su claridad y justificación para hacer y deshacer en cualquier lugar del mundo sus misiones sin pedir permiso ni pactar con nadie.

Por otra parte siguiendo a José Pablo Feinman, en ningún caso se sabe si Osama Bin Laden fue capturado, no hay ninguna prueba de este hecho y en el mismo film no vemos su cara en ningún momento. Será entonces un procedimiento necesario para desterrar un fantasma que los perturba y  forzar así la idea de la dicotomía nosotros o ellos.

Es una lástima de parte de Bigelow, esta cronista piensa que su obra que contiene verdaderas joyas como Cuando cae la oscuridad (1987) o Punto Limite (1991) se vea para siempre asociada a esta nefasta película.

Para terminar quisiera recalcar lo  llamativa, y desagradable, que me resulta la elección de un rol protagónico femenino, que es poco más que una bestia en  lo que ha derechos humanos se refiere y ni mencionemos el sesgo machista recalcitrante con el que se maneja, no precisamente en sentido crítico.



[1] Sangre y arena por JPFeinman 27.01.2013.

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