Botonazos
La Previa
Buscando la mejor relación
horario/distancia/promoción dimos con una provechosa función para ver la
película en el Village Caballito. Armados con el 2x1 que da para esta sala las
tarjetas de débito del banco Santander pudimos sacar nuestras entradas sin
inconvenientes y con tiempo para pasear un rato.
Esta película la esperábamos con
bastante expectativa, no por el regreso de Arnold al cine (principal baza
publicitaria de la película) sino por el debut en Hollywood de Kim Jee-Woon. Este maravilloso director coreano nos había
deleitado con verdaderas joyas como I sawthe devil (2010), A Bittersweet Life
(2005) y hasta se le había animado al western con la inclasificable El bueno, el malo y el loco (2008).
Siendo sinceros la expectativa se mezclaba un poco con el temor ya que más de
una vez la maquinaria Hollywoodense se deglutió alguna gran promesa
internacional. Cruzamos los dedos.
La sala estaba relativamente vacía
y el ingreso fue de lo más cómodo. Luego de propagandas varias y del infaltable
trailer de Magic Mike (Soderbergh, 2012), (por dios que la estrenen de
una vez tenemos la sensación de estar viendo el trailer en cada función desde
el 2011), empezó la película.
No queríamos ser defraudados. No lo
fuimos.
La Historia
Un peligrosísimo narcotraficante
mexicano (Eduardo Noriega) escapa a toda velocidad tratando de cruzar la
frontera antes de ser capturado por las fuerzas del orden de los Estados
Unidos. Cuando todos fallen, lo único que se interpondrá entre los malhechores
y su ansiado escape será un pequeño pueblo rural en el cual un sheriff al borde
de la jubilación (Arnold Schwarzenegger)
y su desarrapado grupo de ayudantes les presentaran batalla.
El Relato
Arnold vuelve al cine luego de su
periplo político y lo hace de la mano de una apuesta al clasicismo y a la exportación de un
talento del cine de género coreano. El 2013 será recordado, el tiempo dirá si
con alegría o tristeza, como el año del desembarco del mainstream coreano en Hollywood.
A esta película se sumará en breve, Stoker
(2013) el debut en EEUU de ParkChan-Wook el genio detrás de Old Boy
(2003) y JSA (2000) y el comienzo del
rodaje de Snowpiercer, superproducción
de ciencia ficción que tendrá tras los mandos a Bong Joon-Ho aclamado director
de Memorias de un Asesinato (2003) y The Host (2006),
Jee-Woon se caracteriza en sus
películas por su descarnado manejo de la violencia y por su facilidad para el
manejo de las claves genéricas, logrando originalidad con empaque de
clasicismo. Lo cual lo vuelve una excelente decisión para dirigir esta
película. El guion nos presenta un western contemporáneo que se vale de una
historia un poco trillada para llevar la trama hasta una confrontación sheriff
versus banda de malhechores al mejor estilo Río Bravo (Hawks, 1959).
El circunscribirse al género
western está lejos de encorsetar al director. Jee-Woon derrocha imaginación en
cada plano, sobretodo en las secuencias y coreografías de acción, volviendo a
la película tremendamente disfrutable. Desde los encuadres el director enfatiza
las poses heroicas y las frases definitorias propias del western. Su trabajo
para con la figura de Arnold se basa un poco en la auto parodia (el sheriff
esta viejo y no se cansa de repetirlo) aunque nunca lo ridiculiza ni lo aleja
del lugar de héroe que lleva adelante en la película. Incluso, apoyándose en la
soberbia dirección de fotografía, le entrega a Arnold una escena emotiva y
conmovedora, algo realmente impensado para sus dotes interpretativas.
Sin llegar al gore de sus películas
coreanas, Jee-Woon construye secuencias de acción de una violencia cruda y
palpable que no suele verse en el cine de acción más mainstream de Hollywood.
La búsqueda de ampliar la franja etaria de público lleva a edulcorar las
películas de acción en busca de un preciado “apto para mayores de 13 años” que
por ejemplo lleva a la virtual eliminación de la sangre en los tiroteos.
Los villanos son el apartado más
flojo de la película. Aunque no por culpa de los actores sino por el guion que
los dibuja con trazos gruesos y torpes. Eduardo Noriega, que por ser español
tiene el visto bueno de Hollywood para hacer de cualquier tipo de latino desde
México hasta Tierra del Fuego,
interpreta a un narco mexicano malísimo que viste trajes caros, es cruel
y despiadado y cree que todos tienen un precio. Es decir un personaje que ya
vimos mil veces y nunca deja de ser xenófobo, irritante y un poco ridículo. Por
su parte Génesis Rodriguez, la agente Richardson, a quien le reconocemos que es muy bonita,
podría tranquilamente ser remplazada por un potus y la trama sufriría mínimamente.
Los “buenos” están encabezados por
Arnold y Forest Whitaker en un titánico duelo por ver quién es el más botón y vomitivamente
patriota de los dos. Queda en un empate. Los ayudantes del sheriff sin dejar de
ser prototípicos están mucho mejor delineados, tenemos a Jerry un joven inexperto con ansias de acción
(Zach Gilford), la chica ruda pero sensible (Jaimie Alexander), un rufián que
tiene una segunda oportunidad (Rodrigo Santoro) y los personajes graciosos
interpretados por Johnny Knoxville y Luis Guzmán. El loco del pueblo que interpreta Knoxville
podría ser interpretado perfectamente por Song Kang-ho, gran actor coreano que
ha interpretado papeles similares en otras películas de Won.
Una película de acción de lo más
entretenida imaginativa y con un aire western nada impostado ni artificial. Con
sus aciertos y errores creemos que se convertirá en un clásico del cable donde será
repetida incansablemente en los años por venir.
Kim Jee-Woon no defrauda y
demuestra que puede hacer buenas películas incluso cuando lo obligan a portarse
bien.
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