lunes, 4 de febrero de 2013

Reseña El Ultimo Desafío (Kim Jee-Woon, 2012)


Botonazos

La Previa

Buscando la mejor relación horario/distancia/promoción dimos con una provechosa función para ver la película en el Village Caballito. Armados con el 2x1 que da para esta sala las tarjetas de débito del banco Santander pudimos sacar nuestras entradas sin inconvenientes y con tiempo para pasear un rato.

Esta película la esperábamos con bastante expectativa, no por el regreso de Arnold al cine (principal baza publicitaria de la película) sino por el debut en Hollywood de Kim Jee-Woon.  Este maravilloso director coreano nos había deleitado con verdaderas joyas como I sawthe devil (2010), A Bittersweet Life  (2005) y hasta se le había animado al western con la inclasificable El bueno, el malo y el loco (2008). Siendo sinceros la expectativa se mezclaba un poco con el temor ya que más de una vez la maquinaria Hollywoodense se deglutió alguna gran promesa internacional. Cruzamos los dedos.

La sala estaba relativamente vacía y el ingreso fue de lo más cómodo. Luego de propagandas varias y del infaltable trailer de Magic Mike (Soderbergh, 2012), (por dios que la estrenen de una vez tenemos la sensación de estar viendo el trailer en cada función desde el 2011),  empezó la película.

No queríamos ser defraudados. No lo fuimos.

La Historia

Un peligrosísimo narcotraficante mexicano (Eduardo Noriega) escapa a toda velocidad tratando de cruzar la frontera antes de ser capturado por las fuerzas del orden de los Estados Unidos. Cuando todos fallen, lo único que se interpondrá entre los malhechores y su ansiado escape será un pequeño pueblo rural en el cual un sheriff al borde de  la jubilación (Arnold Schwarzenegger) y su desarrapado grupo de ayudantes les presentaran batalla.


El Relato

Arnold vuelve al cine luego de su periplo político y lo hace de la mano de una apuesta  al clasicismo y a la exportación de un talento del cine de género coreano. El 2013 será recordado, el tiempo dirá si con alegría o tristeza, como el año del desembarco del mainstream coreano en Hollywood. A esta película se sumará en breve, Stoker (2013) el debut en EEUU de ParkChan-Wook el genio detrás de Old Boy (2003) y JSA (2000) y el comienzo del rodaje de Snowpiercer, superproducción de ciencia ficción que tendrá tras los mandos a Bong Joon-Ho aclamado director de Memorias de un Asesinato (2003) y The Host (2006),

Jee-Woon se caracteriza en sus películas por su descarnado manejo de la violencia y por su facilidad para el manejo de las claves genéricas, logrando originalidad con empaque de clasicismo. Lo cual lo vuelve una excelente decisión para dirigir esta película. El guion nos presenta un western contemporáneo que se vale de una historia un poco trillada para llevar la trama hasta una confrontación sheriff versus banda de malhechores al mejor estilo Río Bravo (Hawks, 1959).

El circunscribirse al género western está lejos de encorsetar al director. Jee-Woon derrocha imaginación en cada plano, sobretodo en las secuencias y coreografías de acción, volviendo a la película tremendamente disfrutable. Desde los encuadres el director enfatiza las poses heroicas y las frases definitorias propias del western. Su trabajo para con la figura de Arnold se basa un poco en la auto parodia (el sheriff esta viejo y no se cansa de repetirlo) aunque nunca lo ridiculiza ni lo aleja del lugar de héroe que lleva adelante en la película. Incluso, apoyándose en la soberbia dirección de fotografía, le entrega a Arnold una escena emotiva y conmovedora, algo realmente impensado para sus dotes interpretativas.

Sin llegar al gore de sus películas coreanas, Jee-Woon construye secuencias de acción de una violencia cruda y palpable que no suele verse en el cine de acción más mainstream de Hollywood. La búsqueda de ampliar la franja etaria de público lleva a edulcorar las películas de acción en busca de un preciado “apto para mayores de 13 años” que por ejemplo lleva a la virtual eliminación de la sangre en los tiroteos.

Los villanos son el apartado más flojo de la película. Aunque no por culpa de los actores sino por el guion que los dibuja con trazos gruesos y torpes. Eduardo Noriega, que por ser español tiene el visto bueno de Hollywood para hacer de cualquier tipo de latino desde México hasta Tierra del Fuego,  interpreta a un narco mexicano malísimo que viste trajes caros, es cruel y despiadado y cree que todos tienen un precio. Es decir un personaje que ya vimos mil veces y nunca deja de ser xenófobo, irritante y un poco ridículo. Por su parte Génesis Rodriguez, la agente Richardson,  a quien le reconocemos que es muy bonita, podría tranquilamente ser remplazada por un potus y la trama sufriría mínimamente.

Los “buenos” están encabezados por Arnold y Forest Whitaker en un titánico duelo por ver quién es el más botón y vomitivamente patriota de los dos. Queda en un empate. Los ayudantes del sheriff sin dejar de ser prototípicos están mucho mejor delineados, tenemos a  Jerry un joven inexperto con ansias de acción (Zach Gilford), la chica ruda pero sensible (Jaimie Alexander), un rufián que tiene una segunda oportunidad (Rodrigo Santoro) y los personajes graciosos interpretados por Johnny Knoxville y Luis Guzmán.  El loco del pueblo que interpreta Knoxville podría ser interpretado perfectamente por Song Kang-ho, gran actor coreano que ha interpretado papeles similares en otras películas de Won. 

Una película de acción de lo más entretenida imaginativa y con un aire western nada impostado ni artificial. Con sus aciertos y errores creemos que se convertirá en un clásico del cable donde será repetida incansablemente en los años por venir.

Kim Jee-Woon no defrauda y demuestra que puede hacer buenas películas incluso cuando lo obligan a portarse bien.   
      



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