miércoles, 17 de abril de 2019

Seamos cursis, lo demás no importa nada


El lugar sin límites (Arturo Ripstein,1977)


La previa


Seguimos con el ciclo de cine mexicano clásico en sala Amigos del Bellas Artes, en esta ocasión un sábado a la noche, más poblado de espectadores y más variadas las edades, para ver El lugar sin límites, película de Ripstein basada en una novela del mismo nombre de José Donoso con el guión adaptado por Manuel Puig. Es una película muy querida de la casa, además Puig nos encanta, disfrutamos de su obra con amor, amor del bueno. Es por eso que advertimos al lector que no hay nada de objetividad en esta reseña.





La historia


Un pueblo llamado El Olivo en las afueras de México se está loteando y vendiendo en partes para una obra que ocupará todo el predio, la casa de putas es la única que resiste, en este marco se cuenta  la historia de amor y muerte de Pancho y La Manuela.


El relato


El camión de Pancho (Gonzalo Vega) llega al pueblo y pronto corre la noticia, todos se enteran, y por sobre todo la Manuela (Roberto Cobo). Suena Perfume de Gardenias, predomina el color rojo, la cámara muestra el patio de un caserón estilo colonial, conventillo patio central y habitaciones en derredor, se vé una vieja rockola, un mostrador rojo con un vitral venido a menos, velas y lámparas que indican que no hay electricidad. Aparece la Japonesita (Ana Martín), y se ve a alguna de las otras chicas durmiendo aún, la paleta de colores estallados, (también por la calidad de la copia) el velador con un pañuelo envuelto, en la pieza con una foto pegada en la pared contra un espejo roto, un vaso a medio terminar, emerge así, un collage, una postal neobarroca que va acopiando elementos, hilo rojo para el vestido con todos los volados, la flor el en pelo, el exceso de maquillaje, los rulos, el gallinero, la lámpara de aceite, los discos, los vestidos de satén muy usados.





Don Alejo encarnado por Fernando Soler un gran actor mexicano famoso por sus papeles en las películas de Luis Buñuel, es el caudillo del pueblo, quien siempre fue diputado por la región. A partir de un flashback lo vemos más joven en el festejo de una elección, luego del comicio, se realiza una fiesta en el prostíbulo, esa noche viene un grupo musical a cantar boleros y una bailaora española, es esa noche cuando mediante una apuesta la madama le gana la casa, a Don Alejo, el hombre más poderoso del pueblo.

En clave de género, la primer película con temática homosexual realizada en México.


La Japonesa es la actriz y cantante Lucha Villa, ella desafía todo estereotipo y conquista a la Manuela para ser juntas una pareja inusual de la que nacerá la Japonesita. La Manuela es un bailarín que se monta de mujer. Todo el floreo que se da cuando aparece en escena como bailaora hace surgir lo reprimido, ella elige hacer su número al final, y es ahí donde emerge el deseo y se desborda, en un lugar donde todo está permitido y no hay barreras en cuanto al disfrute y los cuerpos, el cuerpo de la Manuela seduce a todos por igual y ese deseo, algunos machos contrariados como Pancho lo llevan con una tremenda contradicción y no lo pueden aceptar, es por eso que son machos peligrosos.


Manuel Puig es un luchador de género que en muchos de sus relatos trata de desmontar la heteronorma, o al menos poner en evidencia su rigidez y su violencia, en  La traición de Rita Hayworth, Boquitas Pintadas, en El beso de la mujer araña siempre está jugando con la construcción y el límite que implica determinar los géneros, denuncia las situaciones de violencia en distintos aspectos, pone al descubierto los abusos naturalizados, las voces y cuerpos sometidos en hermosos pueblitos del interior.


Melodrama subvertido, se toma el esquema pero se lo estalla, los roles clásicos están reasignados y se pone en evidencia los pilares de la sociedad occidental que en todo melodrama clásico muestran el camino del héroe con su momento de duda, su confirmación y en el caso de transgresión su castigo. Es ahí donde Ripstein aprendiendo del gran maestro Luis Buñuel sabe cómo descomponer la tradición y deconstruir el melodrama edificante para develar el patetismo de la sociedad y su hipocresía.


El mal augurio develado por Lucy (Carmen Salinas) una de las chicas del prostíbulo, es haber reclutado a una puta vieja, la Cloti (Hortensia Santoveña) ya que trae mala suerte, la sabiduría popular o los chismes, dicen que trae la salazón (modismo mexicano para hablar de mala suerte) Luego las acciones de la Manuela: la heroína, van marcados por el destino todos los espejos en los que se mira están rotos inclusive lleva un pequeño fragmento en el que se mira y pinta sus labios. El color rojo como signo de deseo  pasión y sangre, el hilo rojo que va a buscar y el vestido rojo que remienda. Pancho cumple el rol del villano, cuyo ayudante es Octavio (Julián Pastor) Don Alejo el justiciero.


En cuanto a lo formal, amerita una restauración, la imagen zafa pero la banda sonora se escucha muy mal sobre todo en los interiores del caserón, con fritura y estallado. Las locaciones son lindas se imprime el color rojo repetido resaltando sobre los ocre y pastel que predominan en el paisaje de los exteriores del pueblo. Los interiores, juegan a la contraposición, la formalidad en la Casa de Don Alejo, el pobrerío en la calle y en la casa de la Japonesa. La forma de contar es a partir de un narrador omnisciente que cuenta la llegada de la maldición al pueblo.




Más allá de spoilear un poco la historia, que por cierto tiene cuarenta y un años de modo que tuvieron tiempo de verla, es maravilloso el mundo de personajes, la resistencia de las putas a la venta del pueblo, el lugar donde todo está permitido, el miedo a lo distinto como la frontera y causal de la fatalidad. El cuerpo como un territorio de deseo que seduce sin freno. La música de boleros, la pobreza y lo recargado de un estilo pobre pero bien remendado que no es otra cosa que la estética cursi, que siempre ha sido tomada en forma despectiva, acá tomamos lo cursi como lo propio de la estética latinoamericana y lo comprendemos desde las palabras de Carlos Monsivais lo cursi: entendido como el heroísmo de la intimidad, donde la hazaña no es vencer a un dragón con una espada, sino a la soledad y la infelicidad armado únicamente con una pasión y romanticismo desbocado.


La veo o no la veo


Es magnífico tener la oportunidad de poder ver en pantalla grande estas maravillas del cine latinoamericano, lástima que siempre dependa de las ganas que tengan las élites dueñas de los espacios de cultura y no de políticas culturales articuladas para dar a conocer los tesoros que acuna nuestro arte regional.


Perfume de gardenias


Tiene tu boca
Bellìsimos destellos de luz en tu mirar
Tu risa es una rima
De alegres notas
Se mueven tus cabellos
Cual ondas en la mar
Tu cuerpo es una copia de venus
De Cibeles que envidian las mujeres
Cuando te ven pasar
Y llevas en tu alma
La virginal pureza
Por eso es tu belleza de místico candor
Perfume de gardenias
Tiene tu boca
Perfume de gardenias
Perfume del amor
Tu cuerpo es una copia

De venus de Cibeles

Que…


Se recomienda escuchar la versión de Javier Solís


Por si querés curiosear



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