martes, 2 de abril de 2013

Reseña La memoria del muerto (Diment, 2011)


Cinco por uno

La previa

El recorrido de este humilde blog comenzó con una primera reseña  de una película del director  Javier Diment, en junio del 2012 cuando escribimos sobre la docu-ficción Parapolicial negro. Apuntes para una prehistoria de la triple A. Diment es un director contemporáneo referente para nosotros, su participación en otros films claves de la cinematografía contemporánea (Aballay, el hombre sin miedo (Spiner, 2010); Diablo (Loreti, 2011)) nos abren un panorama que por suerte para nuestro gusto deja atrás al nuevo cine argentino y da paso a un cine argentino de género y calidad.

Este film curiosamente se estrenó en el BAFICI del año pasado. Extraña la elección de una película de género y encima de terror para este festival que suele proyectar otro tipo de películas que rondan el aburrimiento total. En abril del 2012 entonces la vimos por primera vez en el cine 25 de mayo, una sala recuperada en el barrio de Villa Urquiza, con director y parte del elenco en vivo.  Fue entonces el primer visionado y quedaba esperar el estreno comercial. Para nuestra grata sorpresa La memoria del muerto fue parte de la programación del 45 Festival Internacional de Cine de Fantástico de Catalunya y cual fans estuvimos en las proyecciones de la sección Brigadoon donde fue recibida con beneplácito por la crítica y el público.


Nuevamente en Buenos Aires llega al fin el estreno comercial más que digno con 14 copias y una labor de promoción a pulmón con muy buenos resultados. Fuimos a verla otra vez, en esta oportunidad en el Showcase de Belgrano. Una copia en fílmico de alta calidad donde pudimos apreciar la película mucho mejor que las otras veces. En la sala éramos unas veinte personas aproximadamente en un domingo de  resurrección muy apropiado para la temática del film. Las dos entradas que sacamos traían la promoción de 2x1 para jugar al bowling en las pistas del showcase, especie de shopping con cine y supermercado, un vestigio de los noventa quedado en el tiempo. Las letras de neón no están completas, se lee show ase y el logo del supermercado atrasa unos cuantos años.

La historia

Alicia, la viuda de Jorge, organiza un reencuentro con los amigos más cercanos y queridos por su marido con el fin de recordarlo y compartir anécdotas e instrucciones que dejó el muerto para cada uno de los citados. Detrás de esta reunión, hay un plan secreto del que de a poco nos vamos enterando e involucra misticismo y poderes del más allá.

El relato

La Memoria del Muerto es una película de terror clásico que aborda el esquema de casa cerrada y personajes que van cayendo de uno en uno. Filmada con mucha pericia e imaginación la película aborda una vena mística y tributa desde el conocimiento y el fanatismo múltiples tópicos y estéticas del género. Tenemos referencias a Psicosis (Hitchcocks, 1960), El resplandor (Kubrick, 1980)), Al final de la escalera (Medak, 1980) y al Raimi más juguetón de sus películas ochenteras. Gratamente la película me recordó a House (Steve Miner, 1986) gran cinta de terror bastante olvidada que marcó profundamente a los que la vimos de pequeños en alguna trasnoche televisiva.

Las locaciones están muy bien logradas, el encierro de la casa provoca agobio y funciona, así como también los espectros que empiezan a poblar la escena de acuerdo a las pesadillas de cada uno. 
Las actuaciones son muy buenas, Alicia  encarnada por Lola Berthet como viuda lleva adelante la organización del encuentro con los seres queridos de Jorge (Gabriel Goity), mediante instrucciones que el muerto ha dejado y es secundada por el apoyo incondicional de Hugo (Luis Ziembrowski). Los demás participantes Mauro (Rafael Ferro),  Fabiana, (Jimena Anganuzzi), Mónica (Lorena Vega) y  Nicanor (Matías Marmorato) llevan adelante una pelea crucial por sobrevivir a los fantasmas del pasado que se harán presentes poniéndolos a prueba.


La fotografía tiene gran desarrollo plástico y evoca desde los cuadros de Munch hasta los clásicos del terror, hamaca moviéndose sola, puerta que  se cierra sola, todas las escenas cuidadas al detalle. Los dibujos en tinta y carbonilla de Nicanor que retratan a Jorge y luego repetidamente a Alicia, son muy logrados sobre todo en el detalle de la mirada, estos retratos habitan el espacio en forma permanente son un tanto aterradores y parecen vigilar con su mirada.

Los efectos especiales ya sean digitales o de maquillaje son de un alto nivel muy difícil de ver en el cine nacional, agradeciéndose el riesgo y disfrutándose el resultado. La niña sin rostro merece integrar el panteón de los grandes monstruos cinematográficos ahí cerquita de los cenobitas de Clive Baker o el Hombre Pálido de Guillermo del Toro. 

Dentro de esta denominación que hemos dado en llamar “cine argentino de género y calidad” que viene creciendo en los últimos años encontramos rasgos de lo más alentadores. Profesionalismo, preocupación por el espectador, apuestas riesgosas y desacostumbradas para el panorama nacional y por sobre todas las cosas vocación de contar buenas historias aprovechando todas las potencialidades del clasicismo. La Memoria del Muerto hace suyas estas características y nos deleita con una gran vuelta de tuerca final, esa rara especie en extinción que de la mano de nuevos realizadores está volviendo a avistarse en el cine nacional.

 
Los números preliminares le están dando un gran rendimiento de taquilla a La Memoria del Muerto en el fin de semana largo. Hay que alentar al público a que siga apoyando la película para tener cada vez más y mejor cine de género. Hagan tronar sus 2X1 y que no se les escape la película, después no digan que no avisamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario