martes, 18 de septiembre de 2012

Reseña Mientras Duermes (Jaume Balagueró, 2011)


La parabellum para el buen psicópata


La previa

Esta película desde el año pasado fue cambiando de fecha de estreno en el calendario, unas cinco veces aproximadamente, vimos el tráiler y nos quedamos esperando, un tanto desesperanzados porque  pensamos que podría correr la misma suerte que Carne de Neón (Cabezas, 2010)  que fue pasando de fecha y  finalmente no se estrenó.

El miércoles al repasar la cartelera de lo que se estrenaría al día siguiente, nos llevamos la grata sorpresa de encontrar a Mientras Duermes entre ellas. 

Protegidos debajo de nuestros paraguas y desafiamos la persistente tormenta. Llegamos al cine con los zapatos un poco embarrados porque para llegar al Cinemark de Puerto Madero debemos cruzar la avenida Huergo, llena de ramas caídas baldosas flojas y mucho viento que aterroriza a cualquier paraguas.


Nos presentamos  para la primera función del día y éramos en total tres espectadores en la sala.  El primer tráiler de la tanda fue el de   Actividad Paranormal 4,  producto súper taquilleros y de bajísimo presupuesto que abunda en recursos de  cámara de video en mano, apariciones y casas inseguras. El segundo tráiler fue el de  La aparición, film de terror  muy en el estilo de la saga Actividad Paranormal, con fantasmas, chicas descalzas corriendo en camisón y cámara en mano para redondear una suerte de video de Youtube para ver en una pantalla gigante.  El tercer tráiler fue la frutilla de la torta, un pelotazo argentino de alta peligrosidad para el espectador, esas películas que te jubilan de una del cine argentino, al menos eso deja ver en su extremadamente poco feliz avance,  Cornelia frente al espejo basada en un cuento de Silvina Ocampo. 
Se bajan las luces y nos proponemos disfrutar uno de los pocos estrenos de cine de genero español que logro llegar a nuestras salas, no sin un largo y dificultoso recorrido.

La historia

Mientras duermes  cuenta historia de Cesar (Luis Tosar), un portero de edificio psicópata, obsesionado con la felicidad. Felicidad que él es incapaz de experimentar, de ninguna manera. El protagonista nos hace testigos de las actividades que desarrolla con minuciosidad  para causar infelicidad en el vecindario, dado que es su única manera de disfrutar, o acercarse a lo que podría ser la felicidad de la que carece.

El relato

La primera secuencia, para aquel  el que no vio el tráiler, cosa muy difícil en los tiempos actuales, resulta gratamente inesperada.  Se  compone una presentación desconcertante del personaje central, ya que vemos su desempeño cotidiano, el papel invisible que tiene en  ciertas labores diarias, donde algunos vecinos no recuerdan ni el nombre del portero que ven todos los días al salir de sus casas. Las primeras escenas se construyen con aplomo, tomándose su tiempo pero sin nunca llegar a ser morosas. Es una descripción costumbrista pero tensa que va creciendo en su enrarecimiento hasta que se revela el verdadero cuadro de situación de manera sorprendente y bastante aterradora. El film trabaja  con las dificultades que trae la convivencia y ese espacio alienante y plagado de horrores ocultos  que puede llegar a ser un consorcio, tema que el director Jaume Balagueró  ya había trabajado en uno de sus films anteriores, la excelente Para entrar a vivir (2006).

Mientras duermes es un film donde es totalmente aplicable el llamado  “a b c” de la opera prima Argentina, una suerte de regla implícita para hacer rendir los escasos presupuestos que entrega el INCAA para primeras películas. Pocos actores, no más de 3 locaciones y ningún exterior. Lamentablemente bajo estos esquemas, suelen gestarse obras soporíferas, llenas de tiempos muertos contemplativos y donde la acción dramática y cualquier rasgo de género, brillan por su ausencia.  Por suerte Mientras duermes esta totalmente alejada de ese tipo de películas. El director, apoyado en un sesudo trabajo de guion, se las apaña para convertir estas condiciones de producción que podrían ser vistas como inconvenientes en partes esenciales, de la trama. De esta manera se nos entrega una película de género, llena de tensión valiéndose de una envidiable economía de recursos.

Es interesante destacar, como mencionamos con anterioridad, que el director se toma su tiempo para la construcción de los personajes y la trama. En los tiempos de inmediatez en los que vivimos, muchas veces el cine termina siendo presa de esta suerte de lógica televisiva que considera al espectador una presa esquiva a la que hay que retener a cualquier precio sirviéndole todo en bandeja en el menor tiempo posible.  La película va consolidándose a paso firme y en sus propios tiempos ni bien va avanzando la historia sin ser nunca condescendiente con el espectador, como bien puede verse en el desenlace de la misma.

Luis Tosar compone un personaje poblado de detalles y construido minuciosamente, solventado por el guión y por su inmenso profesionalismo. Su forma de hablar, de moverse, sus hábitos higiénicos, los programas de radio que escucha, la enferma relación con su madre moribunda, todo es funcional al inolvidable monstruo que nos entrega. Tosar construye un espectador silencioso que mira desde una portería - panóptico la vida de los demás con la obsesión de pegar donde más le podrá doler a cada uno, desde la soledad de una señora mayor con sus perros, hasta las plantas regadas al sol adrede, de un jubilado argentino que lo reprende en forma constante por sus llegadas tarde a sus tareas. Es destacable la interpretación de algunos secundarios, como puede ser la vecinita extorsionadora interpretada por Iris Almeida.

Punto a parte para destacar la descomunal escena actoral en la cual Cesar confronta verbalmente con su vecina Verónica (Petra Martínez). Cesar le borra la sonrisa de la cara a fuerza de comentarios lapidarios, entregando solo con texto la escena mas violenta de la película.

El guión arma una trama al mejor estilo Hitchcock: una mujer sola como víctima, Clara (Marta Etura), que va siendo acosada y acorralada, con el espectador como único testigo de su  negro porvenir. 

La focalización es interna, alternada entre César (casi toda la película) y Clara en algunos momentos. La cámara y el montaje sustentan el aplomo narrativo de la película. Clasismo bien entendido, que no se priva de engañar al espectador en los momentos que considera necesario y tiene a la acción dramática como eje de las puestas de cámara y el armado de las escenas. 

Mientras duermes es un excelente ejercicio de genero, preciso y disfrutable hasta el agradecimiento. Agradecimiento por ser un thriller sin concesiones, por no tomar al espectador por imbécil, por beber de lo clásico y ser a la vez tremendamente original y por sobre todas las cosas por demostrar que si se tiene el talento y se trabaja a conciencia, se puede realizar una película de genero en dos locaciones interiores y con solo un puñado de personajes.

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