martes, 10 de julio de 2012

Reseña El Sorprendente Hombre Araña (Marc Webb, 2012)


Volver a empezar


La Previa

Vale la pena aventurarse en el frio y caminar las largas cuadras que nos separan del  Cinemark de Puerto Madero. La razón es simple, promoción con tarjeta de debito del Banco Galicia, 2x1 para todas las funciones, todos los días, exceptuando las salas 3D.  También vale destacar que no es una sala muy populosa, generalmente hay poca gente por lo cual casi no hay que hacer cola para sacar las entradas y siempre se consiguen sin inconvenientes.
Elegimos la última función de la tarde a sabiendas que la película rondaría como mínimo las 2hs y si se opta por una función de la noche se retrasa demasiado la vuelta a casa.
Luego de la satisfacción de llevarme dos entradas por el precio de una en la boletería me someto al interrogatorio de rigor, quiere agregar pochoclos, gaseosa, nachos con queso, mini piza de mozzarella, Chomps, chocolates, gomitas, café, helado, papas fritas, ¡bastaaaaaaaaaaaa!.
No quiero nada, denme mis entradas y déjenme partir.  Siendo sincero (y un poco ciruja la verdad) ya me había apropincuado con un paquete de manises comprado en el chino de la esquina de casa y me proponía entrarlo de contrabando a la sala.  Precios aparte, cenar en la sala nos parece una desproporción, si te morís de ganas de comerte una piza, hacelo antes o después de la peli y sobre todas las cosas evítate la humillación de terminar todo embadurnado de mozzarella  o queso chedar caliente por tratar de comer a oscuras y haciendo equilibrio con gigantescas e imprácticas bandejas.  Lo hemos visto más de una vez.
La sala estaba llena a un cuarto de su capacidad y a pesar de haber varios preadolescentes el comportamiento del público fue muy tranquilo.  Un par de trailers, mucha publicidad y entonces si, se bajan las luces, la pantalla se ensancha, es hora de la película.


La Historia

Este apartado es bastante sencillo. Spiderman se reinicia. De vuelta a la secundaria, araña transgénica en lugar de radioactiva, interés romántico nuevo, abusones y demás lugares comunes de las college movies, la figura de los padres muertos como fuente de misterio y conflicto, el Tío Ben y la Tía May, tragedia y responsabilidad, Nueva York y El Lagarto como villano de turno.

El Relato


La mecánica de reiniciar las sagas de superhéroes no es algo nuevo, Batman va por su tercer reinicio cinematográfico y en las historietas esto es algo común y se aborda periódicamente. Debido a esto y a pesar de los cambios que se introducen con respecto al origen del personaje, es inevitable que para aquellos que están familiarizados con la primera trilogía cinematográfica o bien con la historieta, les resulte un poco largo el primer acto de la película.

Peter Parker vuelve a la secundaria victima de esa extraña percepción que tiene cierta gente en la industria del entretenimiento que la lleva a pensar que un adolescente solo es capaz de identificarse e interesarse en otros adolescentes. Prueba fiel de estos intentos de cooptar el dinero de los jóvenes es que todo superhéroe que se precie tiene su emulo teen (Superboy, Spiderboy, Flashito, los Teen Titans, Los New Mutants y un sinfín de etc.) cuando no se lo vuelve directamente adolescente  en algún forzado reinicio.  Este aspecto a nuestro parecer es el más flojo de la película. Esa dinámica de instituto, con presuntos adolescentes interpretados por actores treintañeros y trilladísimos lugares comunes como el del abusón y el friki que se queda con la chica linda, aburre hasta la bronca. Por suerte estas secuencias son pocas y están lejos de ser el eje central de la película.

El director de la película, Mark Webb, debuta en el cine de acción y alto presupuesto y sale indemne del desafío. Oriundo de la trinchera del llamado “cine indi norteamericano” y contando en su haber con algunas comedias románticas, se presume que su elección para dirigir esta película se realizó buscando dotarla de mayor profundidad en las relaciones entre personajes y que estas no sean meros accesorios de la pirotecnia visual de las escenas de acción. Y en este aspecto Webb vuelve a cumplir, sin ser “Los puentes de Madison”, la película construye un romance tierno (entre Peter y Gwen) y un conflicto familiar creíble. Es muy destacable el trabajo en los encuentros entre Gwen y Peter, como se trabaja la incomodidad de él, prácticamente no es capaz de hilvanar una frase completa en ningún momento, y la frescura de ella. Siguiendo en la línea de la estética “indi” que Web logro imprimirle al film, podríamos mencionar la articulación de la fotografiá, la banda sonora y el tempo del montaje en la secuencia en que Peter se familiariza con sus nuevos poderes practicando con su patineta, que no desentonaría dentro de una película como por ejemplo, “Litle Miss Sunshine”.

El reinicio, fuerza a volver a contar el origen del personaje. Hay una marcada intención de incluir cambios, aunque la mayoría son superficiales siendo en líneas generales exactamente igual al contado en las películas de Sam Raimi. El cambio mas importante seria el de introducirnos a los fallecidos padres de Peter como personajes y esbozar un misterio alrededor de su muerte. Hay dos puntos  flacos en este inevitable primer acto a nuestro parecer. El primero son los extraños sucesos en que se produce la muerte del Tío Ben, prácticamente un accidente causado por su intromisión. Y el segundo son  las mil maneras en que se enredan para esbozar el concepto “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”  sin usar esta palabras ya que es una frase icónica de la primera saga de películas y del personaje en general.

La pericia técnica para resolver las escenas de acción es impecable e  imaginativa. Los muy logrados efectos digitales se ven respaldados por una puesta de cámara original y que nunca llega a desorientar al espectador. El uso de cámaras subjetivas para mostrarnos la visión de Spiderman durante las peleas o bien durante sus vertiginosos vuelos entre los edificios de Nueva York son extremadamente disfrutables, destacando en particular la larga toma subjetiva que lo muestra recorriendo terrazas y cornisas para terminar revelándonos a través de su reflejo en una ventana de edificio su disfraz definitivo.

Extrañamente en la película se recupera el único detalle clásico del personaje que Sam Raimi había dejado fuera de su adaptación, los lanzaredes mecánicos. Este detalle desentona un poco con el aire más “realista” que se busca dar a la historia pero es agradecida por los fanáticos. El esperado cameo de Stan Lee se resuelve de una manera muy divertida convirtiéndola tal vez en su mejor participación junto con la de “El increíble Hulk” (2008).
Al igual que en la primer trilogía, la relación de Spiderman con su ciudad y sus vecinos toma un papel preponderante y nos arroja las dos escenas más emotivas de la película. En el puente, cuando le entrega su mascara a un niño para darle valor y así poder salvarle la vida y como consecuencia de esto la secuencia en que recibe la ayuda de los obreros de la construcción de la ciudad que utilizan enormes grúas para permitirle llegar a tiempo para detener al Lagarto.

La película cumple. Es entretenida y fresca y sus momentos más molestos por suerte son cortos. A pesar de que el Lagarto resulta un villano medio anodino se nos promete sutilmente que no tardaremos en ver en las próximas entregas a un misterioso Norman Osborn a quien se lo ve en sombras en una gigantografía y se lo describe al borde de la muerte.

La película renueva al personaje y lo lanza de cara a una proyectada nueva trilogía retomando en la coda el misterio sembrado en relación a la misteriosa muerte de los padres de Peter. Nos convencieron, esperamos ansiosos las continuaciones,  con nuestros cupones y promociones listos.

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