SITGES: Día 4

Domingo, salimos a media mañana para Sitges, al bajar compartimos ascensor con un señor mayor que se estaba terminando de vestir y rezongaba por el apuro de su familia que lo esperaba en la puerta con impaciencia. Al llegar a la boca del subte nos enteremos que había huelga y por tal motivo el servicio estaría demorado.

Llegamos a Sitges con tiempo justo para caminar la subida hasta el Auditori y en el camino nos encontramos con el director Javier Diment que está invitado por La memoria del muerto y juntos hicimos la cola para ingresar a ver E.T. versión restaurada. 

La proyección fue una fiesta de nostalgia, aplausos y emoción que brotaba a cada momento, el público estaba tipo hinchada, hubo aplausos para el diseñador de E.T., para Spielberg, para todos. En la escena en que las bicicletas de Elliot y sus amigos subieron por el aire hasta se me piantó un lagrimón y estoy segura de no haber sido la única, de fondo sonaban estruendosos aplausos.

Dee Wallace la actriz que hace de madre de Elliot, de madre en Criters (Herek, 1986) y también trabaja en Aullidos (Dante, 1981) recibió por parte del Festival el premio “María honorífico” a su trayectoria, la entrega la hizo el  director del Festival Angel Sala.

Fuimos a almorzar en un local muy lindo frente a la playa haciendo el esfuerzo de no comer, ni tomar mucho, para no dormirnos en la siguiente película.

Emprendimos camino al Auditori nuevamente para ver The cabin in the woods (Goddard, 2011) y esta vez nos encontramos con otro director argentino que participa con una película del Festival, Gabriel Medina por La araña vampiro. 

Continuamos la subida con mucho calor y el sol pegando a pleno, al llegar una cola interminable daba la vuelta hasta casi la puerta principal del Melía y un tanto agobiados por tanto sol nos sentamos en el piso a esperar y disfrutar de un poco de sombra. Teniendo en cuenta además que como ya mencionamos, casi todos los cinéfilos del festival visten de negro a pleno a sol había bastante tufo ya antes de entrar a la sala.

The cabin in the woods es una película de terror, con guiños a un público entusiasta que festejó sin cesar la llegada de monstruos y los sobresaltos, debo confesar que salté un par de veces de la butaca.

Concluye un día caluroso y repleto de olores y sensaciones. A descansar que mañana habrá más películas y seguramente más calor.