Un poco de todo
La previa
Por cuestiones de su duración la película se proyecto en dos sesiones de 2:40 horas aproximadamente cada una. Ambas se realizaron en el cine Retiro en dos días consecutivos.
La película abrió la sección “Casa Asia” del festival y tuvimos el agrado de que uno de los programadores de la misma, Enrique Garcelán, nos la presentara. Su elocución fue escueta pero muy divertida, mencionó que nadie debía alarmarse por la duración ya que más de una vez se había cruzado con cortometrajes que se le hicieron más largos y tediosos que esta película y que disfrutaríamos cada minuto. No se equivocaba.
El día que se proyecto la segunda parte de la película, sorprendentemente, concurrió gente que no lo había hecho a la primera. El corte fue decidido por el director del film y se aseguraba que se podían ver ambas partes individualmente. Ciertamente quienes hayan visto la segunda parte la habrán disfrutado y entendido sin inconvenientes aunque más de un detalle y cierta tensión se les habrá escapado.
La Historia
Película de cabalgata que narra la vida de tres generaciones de la familia Khan, desde los años 50´, hasta la actualidad. En ella se puede ver el ascenso dentro del mundo del hampa de cada integrante de la familia, sus luchas, triunfos y fracasos en la búsqueda de controlar la ciudad de Wasseypur y derrotar a sus enemigos mortales las familias Qureshi y Shing.
El relato
Si bien Gangs of Wasseypur es una película de gangsters, en su desarrollo encontramos una mixtura de géneros densa, trabajada con gran pericia y por momentos autoconciente, que redondea un film al que no quedan chicos los carteles de obra maestra o película de culto.
La película tiene acción y suspenso, también podemos encontrar melodrama y romance al mejor estilo culebrón, del cual termina burlándose. Por momentos parece una comedia costumbrista italiana de los setenta y resulta hilarante y disparatada para luego pasar a un registro de violencia cruda que recuerda a películas como Ciudad de Dios y terminar con una balacera monumental que no tiene nada que envidiarle a una película hongkonesa de acción. Y por supuesto mucha música, diegética y extradiegética, siempre evocando, comentando o reflexionando sobre la imagen.
El director se vale de todas las herramientas del clasicismo para narrar la historia, encuadres bien definidos que potencian la épica de las situaciones, narración clara, trancisiones creativas, virtuosos planos secuencia, relato en off o intervenciones gráficas en la pantalla por solo nombrar algunas.
Las actuaciones son todas parejas y de un gran nivel destacando sobre todo el plantel femenino, Nagma (Richa Chadda), Durga (Reema Sen) y Mohsina (Huma Qureshi) componen personajes sufridos pero de armas tomar que despliegan una energía sin igual por todo el metraje.
La puesta en escena es de tremenda belleza logrando de la mano de la dirección de arte y de la fotografía dotar de color, estilo y hasta cierta magnificencia a lugares miserables y abandonados.
La familia Khan es de un hampa empobrecida, sus negocios están lejos de las drogas y los casinos, se dedican a robar carbón, traficar con chatarra y les lleva casi 20 años conseguir armas de fuego decentes valiéndose en sus primeros años de palos, espadas y peligrosas bombas caseras. Su realidad es de un tercermundismo feroz del que un sudamericano no puede sentirse más cercano, viendo a la policía siempre corrupta y la política como la instancia de consagración de un criminal.
Sinceramente mi consumo de cine de Bollywood a sido mínimo, sin embargo la película se presenta como atípica a esta cinematografía y se encarga de burlarse de los preconceptos de la misma y retratar como el cine resulta una parte fundamental de la cultura y la sociedad hindú.
Una gran experiencia, una de esas que van haciendo valer la pena tanto esfuerzo y tan largo viaje. Esperemos que llegue a algún festival en Argentina para que todos puedan disfrutar la experiencia con mayúsculas que es ver esta película en pantalla grande.
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