sábado, 24 de noviembre de 2012

Reseñas sección Estudios Ealing


En esta 27° edición del festival, se programa este ciclo de producciones de los estudios británicos con copias de excelente calidad. 

Los estudios Ealing funcionaron en Inglaterra a lo largo de veinte años hasta los años ‘50 en que se convirtieron en los estudios de la BBC. Durante esos años los estudios han producido comedias inolvidables dirigidas por una troupe de directores y actores, que han logrado hacer de los productos Ealing una entidad. El humor negro y la crítica a la sociedad burguesa, sumado a una gran calidad de las producciones con guiones geniales, caracterizaron la obra de los Estudios Ealing. En el Festival pudimos ver tres claros ejemplos, que les reseñamos a continuación. 


La previa


Sexto día del festival, dos películas más por delante, una antes, estamos a un ritmo absolutamente frenético. Café en mano nos dirigimos a la fila del Ambassador III, sala que de acuerdo a su disposición precisaría una especie de grúa carguera para la distribución del público. Es el turno los clásicos de los estudios Ealing, que tienen un logo muy similar al que utilizaron aquí los estudios Lumiton ya que se trata de un musculoso golpeando el gong. La señora del chaleco, la fan numero uno del festival ya estaba en primera fila esperando al galán José Martínez Suárez, que presenta y se queda en la sala para ver junto al público cada una de las películas esta sección. 



Reseña Los ocho sentenciados (Robert Hamer, 1949)


Mucho más que Obi Wan Kenobi


La historia


Un heredero de una familia de condes decide vengarse de sus ancestros por haberlos desheredado a él y a su madre y condenarlos a vivir en la pobreza. 


El relato


Alec Guinness es el actor más importante de las producciones de los Estudios Ealing, al punto de que en este filme interpreta a ocho personajes distintos, precisamente a los ocho sentenciados, y además lo hemos visto en todas y cada una de las películas proyectadas en este festival. Un actor único, de gran talento y de intensa trayectoria, que sin embargo ha pasado a la posteridad  injustamente como el actor que interpretó a Obi Wan Kenobi en La guerra de las galaxias. El actor, consciente de esta situación se enojó muchísimo, no es para menos, no le causaba nada de gracia ser reconocido y recordado sólo por interpretar a un extraterrestre, cuando en verdad había tenido una carrera impecable en la comedia.

La película es una comedia negra que desarrolla el trabajo de una venganza, y la puesta en escena recorre desde casas de campo hasta palacios, mostrando espacios bien recargados, cortinas con borlas, salones inmensos con mezclas de estampados. Todos los espacios que habitan cada uno de los condenados, se convierten en escenarios para el homicidio. Cada una de las víctimas tiene una profesión y personalidad distinta potenciada con distintas prótesis que va utilizando Alec Guinness, que marcan y exageran acerca de las características de los sentenciados, y a la vez otorga un guiño al espectador sobre lo que sucederá.

El relato comienza en el final de la historia, dando lugar a una voz en off, la del protagonista, que narrará los sucesos, hasta que en los últimos minutos del filme sucede una vuelta de tuerca y sorprenden al espectador.  

Las películas de los Estudios Ealing se proyectan a sala llena en el festival, toda una fiesta del mejor humor inglés de los años cincuenta.

  

Reseña El quinteto de la muerte (Alexander Mackendrick, 1955)


Un plan casi perfecto


La historia


Cinco delincuentes planifican el asalto de un botín articulado desde una casa cercana a la estación de trenes, la dueña de la casa es una pieza clave dentro del plan, todo está perfectamente calculado pero también puede fallar.


El relato


Un grupo singular de maleantes comandados por “el profesor” interpretado por Alec Guinness llevan adelante un plan que se verá entorpecido por la anfitriona amable viejecita.

Las locaciones se dividen en dos, la estación de tren y la casa de la señora donde transcurre gran parte del filme. Allí en un pequeño cuarto el quinteto de maleantes con sus instrumentos musicales y a puerta cerrada planea el gran plan mientras un toca discos hace sonar la música que simula el ensayo de la banda. Incontables interrupciones de la viejita ofreciendo una tasa de té dará comienzo a una serie de inconvenientes para llevar a cabo el plan tal como había sido propuesto desde el inicio.

Dos escenas gloriosas que cabe destacar son cuando sucede una discusión en medio de la calle, que es iniciada por la viejita que enfrenta a un vendedor ambulante con retos acerca de su proceder, que termina con un gran alboroto en medio de la calle, mientras la banda observa la situación y tiembla desde el auto al ver que el botín no llega a destino por este suceso. La segunda es cuando los maleantes comparten una reunión de té con las amigas de la viejita sin poder escapar de la situación.

Esta película tiene un humor extraordinario, es una comedia que trasciende todas las épocas y provoca carcajadas en el público, no importa a qué tiempo pertenezca. 


Reseña El hombre de traje blanco (Alexander Mackendrick, 1951) 


Humor del clásico


La historia


Un científico, que trabaja como obrero en una fábrica textil, convence al dueño de la misma de invertir en su descubrimiento sobre una nueva tela que no se mancha ni rompe, y dado que ese invento pone en riesgo la permanencia de las fábricas textiles, toda la industria deberá detenerlo antes de que la noticia llegue a la prensa.


El relato


Con un inventor como protagonista, experimentos científicos y máquinas extraordinarias con tubos circulares y luces que parpadean, El hombre de traje blanco utiliza elementos que recuperan la línea iniciada en los ‘20 de la denominada Escuela de Brighton.

Con múltiples explosiones de laboratorio, persecuciones masivas detrás de una sola persona, prototípicos personajes y gags de todo tipo, esta película aglutina todas las cualidades de una buena comedia. Las situaciones van desde el anciano capitalista, vestido con traje de piel más grande que él, que intenta golpear al protagonista con su bastón, para terminar haciendo equilibrio para no caer al piso, hasta corridas en el hall de la mansión llena de costosos jarrones que terminan en el piso en manos del mismo mayordomo que intentaba salvarlos.

Es interesante cómo va transformándose  el guión a medida que avanza la historia. Porque lo que  al principio pareciera tratarse de un descubrimiento revolucionario de un hombre que es casi un héroe por arriesgar hasta su ingreso por lograr su objetivo, enfrentando al capital y logrando su sueño, en verdad mientras más cerca de su objetivo, mayor la amenaza para todos aquellos que están vinculados a la industria para la cuál cree estar haciendo un aporte. 

Los personajes que rodean la trama van interactuando de un modo extraordinario, como cuando van descubriendo la gran amenaza que les representa este personaje, con las situaciones más disparatadas.  Es sublime cómo van agrupándose y organizándose los capitalistas con los obreros, para enfrentar al personaje interpretado por Alec Guinness, un científico testarudo y sin escrúpulos que no puede ver más allá de sí mismo.

Una comedia inteligente, con buenas actuaciones, y una mirada sobre el mundo de la industria que muestra que además de especulación, al capitalismo hay que mirarle el lado torpe.

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